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Clínica Las Condes busca revertir los bajos resultados financieros con la consolidación de un nuevo modelo de negocios

El máximo ejecutivo hace hincapié en la reestructuración financiera que han concretado y a los factores externos como la inflación, como algunas causas de la situación económica.

La utilidad de Clínica Las Condes cayó 78%, los ingresos bajaron 6,1% en 12 meses, los gastos de administración subieron 25,07%, los costos financieros se elevaron en 22,8%, la ocupación cayó en 17,4% (llegando al 56,78%), las atenciones de urgencia retrocedieron 12%, y las consultas médicas subieron apenas un 0,8%. Estas cifras entregadas por El Mercurio, dan cuenta de un 2022 poco favorable para la clínica ligada a la empresaria Cecilia Karlezi y presidida por Alejandro Gil. “Los resultados reflejan un asentamiento del proyecto que venimos desarrollando, pero lamentablemente la inflación que tuvimos el año pasado, de 12,8%, le pegó fuerte a la compañía. El 43% de nuestros costos operacionales es personal, tenemos una dotación de 3.100 personas contratadas directamente, e indirectamente, llegamos a 5.000 personas. Cuando tienes una inflación de 12,8%, todos los reajustes salariales se amplifican y no tengo cobertura frente a eso’, explica Ignacio Tapia, gerente general de CLC.

En esta línea, Tapia señala que “con una inflación normal, del 3% a 4%, habríamos tenido una utilidad muy parecida a la del 2021, de $15 mil millones a $16 mil millones, y habríamos tenido un Ebitda de $50 mil millones, y no los $43 mil millones que tuvimos. Con todo, creemos que tuvimos un buen resultado considerando las condiciones y la inflación, que también impacta directamente la deuda en UF”.

Lo cierto es que desde 2019, el valor en bolsa de la compañía ha disminuido. Si hace cuatro años su capitalización bursátil era de $267 mil millones, hoy vale unos $96 mil millones, es decir, un 64% menos. A mediados de 2019, la acción llegó a valer $42 mil, al cierre del viernes cotizó en $11.899. “Aquí no hay una pérdida de valor financiero, tampoco hay una pérdida de valor del proyecto en sí. Lo que hemos hecho es todo lo contrario, hacerlo viable y sostenible, no es que el proyecto ha fracasado, al revés, se está consolidando”, acota Tapia, y subraya que “la acción está subvalorada, castigada por temas exógenos. Esperamos y tenemos confianza en que el valor de la compañía se va a ir recuperando en el tiempo para alcanzar el que le corresponde”.

Pese a las cifras, el máximo ejecutivo de Clínica Las Condes, afirma que el año pasado repartieron el dividendo más grande de la historia, $5.500 millones, y que ahora distribuirán del orden de $1.200 millones, “estamos velando por el interés social y el patrimonio de todos los accionistas, no solo del controlador’. Además, hace hincapié en la reestructuración financiera que han concretado. ‘Cuando llegué a CLC la empresa estaba endeudada en 7 millones de UF, con una caja de $6.000 millones, $12.300 millones de pérdidas, y la banca mirándonos de lejos. Hemos reordenado los costos”, indica.

Afirma que la estrategia ha dado resultados. “El bono E, por 2,5 millones de UF que vencía el 15 de marzo pasado, lo empezamos a prepagar desde fines de 2020, y el miércoles de esta semana pagamos las últimas 64 mil UF. Y del bono F, que vence en 2043 por otros 2,8 millones de UF, hemos hecho dos recompras por 660 mil UF”, afirma Tapia. También resalta que la banca volvió a confiar en ellos. Consiguieron dos líneas de capital de trabajo: una con Scotiabank, de $15 mil millones, y otra por $10 mil millones, con BCI, además de un crédito por 1 millón de UF con Banco Security para recomprar deuda cara. ‘Le hemos dado viabilidad de largo plazo a la compañía’, asegura.

Expectativas y estrategia 2023

Una mirada más auspiciosa es la que adelanta el ejecutivo, asegurando que “el 2023 será el año de la consolidación de nuestro modelo de negocios. Nuevos requerimientos de capital no tenemos, al contrario, queremos seguir bajando la deuda. Lo bueno es que liberamos caja, y ya no tenemos más compromisos de deuda ni de inversión. Ya hicimos una inversión grande para renovar y modernizar los equipos que estaban obsoletos, por $45 mil millones en los últimos dos años”. Agrega además que “este año queremos capturar más pacientes de otros segmentos que tradicionalmente no podían acceder. Nos estamos preparando para eso. Queremos atender no solo al paciente típico ABC1, sino que también abrirnos a recibir más gente de otras condiciones socioeconómicas”.

Para Tapia, la futura línea 7 del Metro va a llegar a Estoril en 2027, “va a implicar que tendremos gente que va a poder acceder físicamente a la clínica que hasta ahora no podía… Y tenemos que prepararnos para poder atenderlos, por eso estamos haciendo planes y programas más accesibles, además de ofrecer seguros complementarios que sean más asequibles también”.

Y otra de sus estrategias apunta a ir incorporando nuevos servicios, más orientados al retail. “Hemos rentabilizado espacios físicos subutilizados, queremos ocupar los espacios que estén disponibles para darles otros servicios anexos a los pacientes, a los trabajadores y al flujo que circula por esta zona, a los que viven acá. El año pasado inauguramos una tienda de conveniencia Oxxo, que le ha ido espectacular, y siempre hemos querido una peluquería y un servicio de lavandería. También tenemos una solicitud para instalar una farmacia estilo drugstore, por lo que estamos en el proceso de revisión de eso”, cuenta el gerente.

Y adelanta que “también se nos han acercado operadores para ofrecernos habilitar una zona de restaurantes gourmet, como hay en los malls. A futuro podría ser, siempre que se pueda compatibilizar con los estándares que requieren los espacios clínicos. Hay que evaluar, pero tenemos hartas ideas para complementar la oferta”. Clínica Las Condes, también está evaluando ampliar la operación que tiene en la comuna de Peñalolén. “Queremos aumentar las consultas, eventualmente pabellones de mediana y baja complejidad, que hoy no existen ahí. Queremos hacerla crecer en maternidad, traumatología, pediatría, etc. Estamos pensando para fines de 2023 o 2024, aún no está definido un plazo, pero es un objetivo deseable”, anticipa.

Directores no quisieron firmar el documento

Según consigna El Mercurio, dos directores independientes de CLC, Juan Enrique Coeymans y Christian Traeger, se negaron a firmar los estados de resultados. Ambos directivos argumentaron que “se abstienen de votar y aprobar dada la imposibilidad de revisar la totalidad de la FECU por la falta de anticipación en el envío de la información”. Para Tapia, esto se debe a que “ellos han tenido una posición antagonista a lo que hemos hecho. La información fue enviada la madrugada del sábado, a primera hora, porque los auditores se demoran y es usual que pase eso. La reunión de directorio se realizó el lunes a mediodía. El plazo está normado por la CMF, de enviarla 48 horas previas a la reunión. Por ley, el director está obligado a informarse, y lo más llamativo es que con ellos mismos, que forman parte del comité de directores, se hicieron reuniones previas para informarles los temas más importantes del estado de resultado y el tratamiento contable. Pero el día de la sesión esgrimen que no pudieron revisarlo completo”.

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