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Deuda del Servicio de Salud a clínicas privadas es crítica.

El problema de la deuda con los prestadores de salud privados no muestra señales de resolverse. Aunque ha habido una ligera reducción en los montos pendientes de las isapres, estos aún se mantienen altos, mientras que la industria continúa enfrentando un complejo panorama financiero. Por otro lado, a pesar de los avances logrados con Fonasa en cuanto al desbloqueo de los pagos, la deuda que mantienen los servicios de salud en el ámbito público no ha experimentado mejoras. De hecho, este problema no solo sigue sin resolverse, sino que tampoco ha recibido ninguna perspectiva de solución por parte de las autoridades.

«En el sistema público, particularmente en los servicios de salud, existe una deuda que asciende a 200 mil millones de pesos, lo cual nos coloca en una situación realmente insostenible», advierte Javier Fuenzalida, vicepresidente ejecutivo de Clínicas de Chile. De ese total, el 97% corresponde a atenciones de emergencia, principalmente a «rescates» de pacientes desde los prestadores privados hacia la red pública, y el resto se compone de exámenes e intervenciones quirúrgicas, como trasplantes.

Al actualizar el estado general de las obligaciones con las clínicas, el directivo explica que, en el caso de las isapres, la deuda ronda los 500 mil millones de pesos, en comparación con los 560 mil millones del año 2022. En cuanto al seguro público, la deuda se sitúa en alrededor de 130 mil millones de pesos.

«Tenemos una deuda actual con Fonasa, lo cual es comprensible debido a los procesos de facturación y revisión, y una deuda privada con una antigüedad promedio de seis meses. Además, al sumar los 200 mil millones de pesos que adeudan los servicios de salud, se genera una tormenta perfecta, ya que la mayoría de esta deuda tiene más de dos años, una parte importante tiene más de tres años e incluso hay casos que se remontan a cuatro años», detalla.

 ¿Qué efecto está teniendo esta deuda para las clínicas?

– Por ejemplo, algunas clínicas de la Quinta Región y de la zona correspondiente al Servicio de Salud Santiago Occidente, están teniendo problemas de financiamiento reales por esta deuda. Dado que el Estado no paga, se está recurriendo a deuda para solventar la operación diaria. O sea, olvidémonos de inversión ya que, incluso, se está ante problemas de operación. Lo que va a empezar a ocurrir es que algunas clínicas tendrán que restringirse.-

¿Cuáles son las áreas más expuestas?

– El primer gasto que se ve afectado es el de personal, que equivale al 50% del costo de una clínica. Entonces, si ocurre que las clínicas deban reducir operaciones, eso se va a traducir en personal. En el sector trabajan 210 mil personas que hoy ven afectada su fuente laboral, porque un número importante de clínicas ya no da abasto con esta situación, y eso como gremio nos tiene en alerta máxima.

Existe indolencia al no entender el esfuerzo que estamos haciendo, con toda la crisis que estamos viviendo desde el asegurador privado.

¿Por qué si con Fonasa tuvieron avances, no ha pasado lo mismo con los servicios de salud?

– Por parte de Fonasa existe empeño en mejorar los problemas. Pero en el caso de la deuda del sistema público, está atomizada en los 29 servicios de salud, donde existe reconocimiento formal de ella pero dicen no tener recursos o que éstos no están asignados en su presupuesto, o no tener capacidad para revisar el tema. Hay directores que abiertamente dicen que no van a pagar porque no tienen presupuesto, incluso en respuestas por escrito.

¿Cuál es el resultado de las gestiones ante el Minsal?

– Hemos manifestado el problema a todas las autoridades: el Ministerio de Salud, la subsecretaría de Redes e, incluso, a Hacienda. Hemos aclarado dudas, aportado antecedentes, abierto los sistemas y todo lo necesario para que nos paguen. Es cierto que hay deudas que escapan a esta administración y es lógico que haya un período de instalación, pero ya llevamos 18 meses y esto no se resuelve, por lo que es un problema de gestión pública.

¿Cuál ha sido la respuesta de las autoridades de Salud?

– Después de todo lo anterior, la deuda está reconocida—incluso, parte de ella está facturada- pero todo el mundo se excusa en que para resolver este problema faltan recursos, por lo que finalmente lo tiene que resolver la Dirección de Presupuestos (Dipres). Pero ha sido una piedra inconmovible.—

¿Qué gestiones han realizado ante la Dipres?

– Enviamos una carta el 3 de julio pasado, con copia a los ministros de Hacienda y de Salud. Y en los últimos 50 días hemos formulado dos solicitudes de reunión por ley del lobby—más otra gestión realizada el año pasado- a la directora de Presupuestos Javiera Martínez, a las cuales la entidad se ha negado. La respuesta ha sido: diríjase a su ministerio sectorial.-

¿Qué margen de acción ven a corto plazo?

– Hemos agotado las instancias de conversación posibles. Todo el mundo empatiza y reconoce que es un problema real, pero en definitiva miran para el techo, ya que finalmente quién define es la Dipres, que no nos da señales de vida. Y es por eso que estamos en tierra de nadie. Es absolutamente ilegítimo que el Estado nos deba una cifra tan sideral en prestaciones y que, a estas alturas, ya sea una deuda histórica que nadie gestiona, cayendo a nivel de incobrable. Queremos una solución de fondo.

¿Cuál es el estado de ánimo de la industria?

– Hemos pasado de estar preocupados a tener una enorme molestia. La indolencia que vemos en la Dipres, y finalmente en el sector público, nos tiene agotados. Eso que hace que la situación sea insostenible y poco esperanzadora. Por otro lado, el Estado nos exige dar respuesta a crecientes necesidades de salud—por ejemplo, la resolución de camas críticas-, y seguimos alimentando la máquina para trabajar y continuar aportando.-

 ¿Cuánto tiempo resiste el sector en este escenario?

– Si bien la situación es distinta caso a caso, estamos llegando a una posición crítica. De hecho, el Colegio Médico está preocupado y ha pedido información, sobre todo respecto del Servicio de Salud Valparaíso y en Santiago de los servicios de salud Occidente y Oriente, que probablemente sean los lugares donde la situación es más crítica.

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